El Internet da la posibilidad de crear una “contra-opinión” frente a los medios clásicos, al mismo tiempo es un nuevo campo de lucha. Mirjana Mitrovic nos cuenta sobre las experiencias de la “Cumbre de la Solidaridad Global”, donde se encontraron más de 2 mil activistas, interesados y críticos, para discutir qué alternativas existen ante la política del G20.
Nubes negras de humo, supermercados merodeados, personas vestidas de negro y encapuchadas corriendo por las calles. Estas son las imágenes que se veían por todo el mundo en los periódicos, la televisión y las redes sociales en relación con el G20. El 7 y 8 de julio se reunieron los líderes de 20 Estados del mundo, entre ellos Angela Merkel y Enrique Peña Nieto, en Hamburgo, Alemania.
La movilización y las protestas en contra de su política empezaron mucho antes y mostraron sus desacuerdos de maneras muy diferentes. La variedad de las protestas surgió, por una parte, de la diversidad de quienes organizaron y participaron en estas manifestaciones, como ONG, partidos políticos, sindicatos y estudiantes. Pero también hubo una variedad enorme en la forma de mostrar y formular su crítica contra las políticas del G20.
Debido a problemas entre algunos grupos, por ejemplo entre los sindicatos y los activistas de la izquierda antifascista, muchos planearon sus propias manifestaciones. Así, los sindicatos y otros grupos ya tenían su marcha “Ola de protesta” el 2 de julio en el centro de la ciudad —a pie en las calles comerciales y con barcos en el lago Alster. Los de la izquierda radical tenían su marcha “Welcome to hell” (Bienvenido al infierno), el 6 de julio, la cual fue reprimida brutalmente por la policía incluso antes de empezar a marchar. Debido a este exceso de violencia policiaca, los días siguientes hubo destrozos en algunas partes de la ciudad.
Otra acción fue la “Cumbre de la Solidaridad Global”, donde se encontraron más de 2 mil activistas, interesados y críticos, para discutir qué alternativas existen ante la política del G20.
Esta cumbre tuvo lugar del 5 al 6 de julio, en el centro cultural Kampnagel, y los activistas participaron en 75 talleres y diferentes charlas para conocer otras luchas, nuevas formas de protesta y organización, desde temas como la discriminación hasta el capitalismo.
En la charla principal, la noche del 5 de julio, participaron una activista de España, otra de Uganda y una de Rojava, más un representante del partido de la izquierda de Alemania, Die Linke. Ahí se vio que todxs podrían celebrar éxitos muy importantes en sus luchas regionales, pero también se mostró claramente la dificultad de llevar estas luchas a un contexto más global.
En el foro no se habló explícitamente del mundo digital, pero se mostró que ya juega un papel importante en muchas luchas. Por ejemplo, en un taller sobre América Latina y el G20, habló Harald Neuber, uno de los fundadores de Amerika21, un blog de noticias en alemán que trata de llevar más información de América Latina hacia Alemania. Neuber criticó que muchos de los medios de América Latina están controlados, o al menos influenciados por los gobiernos. Al mismo tiempo, muchas estaciones de corresponsales de Alemania en América Latina han sido cerradas, de manera que la información que llega hasta Alemania muchas veces es atajada e influenciada.
Neuber no lo mencionó, pero por esto es importante que el Internet dé la posibilidad de que grupos de base puedan crear y publicar una “contra-opinión” frente a los medios clásicos. Eso ayuda a informar a su gente, pero también a periodistas, activistas solidarios e interesados de otras partes del mundo.
En el taller “Arte y resistencia” se mostraron las posibilidades que da el internet para la resistencia. Radwa Khaled, estudiante de sociología, teatro, medios y cine desde hace cuatro años en Alemania, habló de la resistencia en las redes sociales de Egipto. La “Primavera Árabe” fue uno de los primeros grandes movimientos de las resistencias donde el Internet jugó un papel central. Un ejemplo fue la politización de los memes. Antes eran imágenes solamente para reírse en las redes sociales, pero luego empezaron a problematizar condiciones políticas y sociales.
Algo similar se puede observar en México; por ejemplo, el colectivo Luchadoras organizó un taller para crear memes feministas, donde mostraron cómo son discriminadas por llamarse feministas. En memes está la resistencia de celebrarse como feminista o de mostrar los prejuicios, ya sea si eres feminista, lesbiana, etcétera.
Radwa Khaled, como muchos más de los participantes del taller “Arte y resistencia”, se mostró muy interesada cuando escuchó de la “Droncita” del colectivo mexicano Rexiste. Poniéndole un nombre y asignando una cuenta de Twitter a un dron, publican el “activismo de ella” —pintando una imagen de Peña Nieto, creando GIFs o tomando fotos de marchas para crear una “contra-opinión” frente a los medios clásicos.
Usar un dron para la resistencia creativa fue algo nuevo para la mayoría de los asistentes y les encantó la idea de usarlo de manera tan humorística y artística como lo hace Rexiste. De hecho, ya existen varios colectivos que usan un dron en su activismo. La doctora Marcela Suarez está estudiando este fenómeno en la Universidad Libre de Berlín, en Alemania.
Ahora, después del G20, otra vez aparece el poder de las redes sociales. Antes había miles de fotos de coches quemados y casi ninguna de las protestas pacíficas. Otro problema que se ve ahora es la representación de la violencia en los medios. Porque por más que se expuso que la violencia no fue solo parte de los autónomos, sino también de la policía, el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, rechazó cualquier crítica a la policía. Incluso dijo en una entrevista con NDR, el medio local más conocido, que “No había violencia policial, eso es una denuncia, la cual rechazo definitivamente”.
Lo que sucedió después —gracias a Internet— fue que algunos crearon la pagina https://g20-doku.org/, donde todas las personas podían mandar fotos y videos que mostraran a policías prohibiendo trabajar a la prensa o golpeando a gente en la calle para ser publicadas en la plataforma. La lucha sobre quién puede mostrar cuál realidad continuó. Por un tiempo, Twitter no dejó publicar el link a la pagina web https://g20-doku.org/. El motivo aún no está claro. Esto muestra algo que fue parte de la discusión con Harald Neuber: también en Alemania, y más en tiempos tan represivos como los del G20, es necesario crear y publicar una “contra-opinión” frente a los medios clásicos, y el Internet da esta posibilidad. Al mismo tiempo, muestra que el Internet es un nuevo campo de lucha.